Hoy, un poema para niños.
Porque ellos también sienten la intensidad de las palabras.
“Somos piel del
olvido;
Tierranautas
fugaces.
Por eso –hoy– yo te
pido
Que me ames mientras
pases”.
“Mientras paso”, de Corazonadas,
El libro II de
los chicos enamorados, de Elsa Bornemann.
Un corazón que
late
Un corazón que late
A la altura del mío,
Es la alegría en sonido
Al subir de un
saltito a la cama
Con sus largas
patitas cascabeles
Hace música en las
mañanas.
Un corazón que late
A la altura del mío,
Tiene el sol en los
ojos,
Un flequillo reo
despeinado
Y un cuerpito peludo
que
Duerme suavecito a mi
lado.
Un corazón que late
A la altura del mío,
Aparta todo lo malo
Con su lengüita rosada.
De mi fiel principito
blanco,
Hasta el cielo enamorada.