Póstuma
Cómo no ver la imagen cada día,
Si en el hueco de mi vientre habitan
Sombras fecundas de tus manos.
Lo arrojo en el fuego más herido,
Y no se quema, y no se quema.
Cómo guardar el roce de tus ojos,
En una planta buena que te honre
Sin tierra que ahogue de despedida,
Y que dé flores blancas con
caramelos.
Cómo confiar que el tiempo
Finalmente llevará las voces,
La tuya y la mía hasta el Cielo,
Sin la vida de estos cuerpos
En alguna estrella arrepentida.