Hábitat
La
casa sacude silencio
Y
un murmullo de autos aletea.
Despierto
donde hoy se riegan
Un
gato y un chancho de mentira,
Junto
a un perro animado y verdadero
Y a
otro petrificado que aún resiste
Sosteniendo
el perfume de vainilla
Y
las florcitas de plástico con los dientes.
Los
espectros vagan por las noches
Y
se esfuman con la mañana,
Transformándose
en objetos
Que
suenan a algo impropio
Para
darme otras señales.
Las
luces que me gustaban
De
a poco se fueron quemando,
Y atónita
la puerta
Ya
despliega dos salidas
Que
no asombran más a nadie.
Restos
de un lugar sagrado
Que
contiene la carga ensombrecida
Y
encierra veranos de los buenos.
No
hay aire que renueve el viento
Ni
maderas que no estén ahuecadas,
Perdura
una voz desde hace mucho
Sin
evitar que la mística se oxide.
La
lámpara me mira violenta
Increpándome
al afuera.
Pero
resulta que es negra y borracha,
Y que
el fino bracito se le cae
Cada
vez que la enderezo.