Cena de bailarinas
El encuentro se hace
delicia
En el restó “Doña”
del
Barrio de Almagro.
Bailarinas raras a la
mesa:
Piden pastas con
vinito,
Sin ningún truquito
ni treta
Porque las chicas a
la comilona,
Jamás le tiran gambetas.
Ya desde la panera
La charla apunta a
relajar.
Arranca la disputa
Hotmail versus
Google:
“Si tenés correo
en el primero,
hacete un Gmail y
madurá”.
El plato principal va
creando
A cuatro mujeres Taj
Mahal
-O Iglesias ortodoxas
rusas-,
Que hablan de amores
elegidos
Y de otros flacos a
destiempo.
La idea queda clara:
“Los pibes capilla no son
Para estos cuerpos
templos”.
El postre suma
delirio:
Aguante el Marxismo
Zen,
Muerte digna al perro
patineta.
Mientras da señales
La hermana mayor y workaholic:
“Sigo laburando,
Estoy en ‘pic’, pebeta”.
Se despiden las
bailarinas,
Se llevan fotos y
chocolates
Y esta vez, en el
remate,
Se proponen repetir.
Planean otro festín
Que incluya
Cartas, borra o
quiromancia,
Para incentivar las
ansias
Y llenar de risotadas
locas,
El nuevo espacio que las
convoca
En algún rincón de la
ciudad.